1. Organización. Para planificar el tiempo de estudio es necesario asignar un tiempo determinado a cada asignatura en función de su dificultad.
2. Planificación. Conviene elaborar un calendario, que se deberá seguir. Hay que intentar, en la medida de lo posible, conseguir los objetivos o metas propuestas. Ser constante en esta tarea creará un hábito muy importante de organización y de orden.
Dificultad Media
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Descanso
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Dificultad Alta
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Descanso
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Dificultad Baja
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Descanso
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60 min
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10-15 min
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90 min
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15-20 min
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30 min
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5-10 min
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3. Ritmo de trabajo. La planificación del estudio debe estar hecha a la medida de cada uno, a su ritmo de trabajo y aprendizaje. Debe tener en cuenta las circunstancias personales y las actividades complementarias. Para los primeros cursos de secundaria, diez o doce horas de estudio semanal, son suficientes.
4. Tiempo de descanso. Una buena planificación, además de dar cabida al estudio, debe reservar tiempo para el ocio y el descanso. Se necesita descansar un mínimo de 8 horas diarias.
5. Orden de prioridades. Hacer la lista de los trabajos diarios siguiendo el orden de los más urgentes a los menos y por orden de dificultad. Es decir, los más difíciles al principio, ya que el niño estará más despierto y fresco. Los trabajos deben intercalarse de forma variada. No se debe estudiar de manera seguida dos materias muy difíciles.
6. Flexibilidad y adaptación. Toda planificación debe ser flexible. Debe poder ajustarse a posibles cambios o a dificultades no previstas.
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